Varias organizaciones sociales pidieron hoy a la Corte Penal Internacional (CPI) que investigue y juzgue al presidente de Chile, Sebastián Piñera, por crímenes de lesa humanidad durante las masivas manifestaciones de 2019, que dejaron alrededor de 30 muertos y miles de heridos.
De acuerdo al escrito al que tuvo acceso la agencia Efe, los actos que se denuncian fueron “ejecutados en el contexto de un ataque generalizado o sistemático contra la población civil y con conocimiento”, lo que los hace, por tanto, “constitutivos de crímenes de lesa humanidad”.
El recurso, que también señala a los colaboradores “civiles y militares” de Piñera, fue enviado a La Haya (Países Bajos) por el exjuez español Baltasar Garzón, la Comisión Chilena de Derechos Humanos (CHDH), la Asociación Americana de Juristas (AAJ) y el Centro di Ricerca ed Elaborazione per la Democrazia (CRED).
Chile vivió a finales de 2019 la crisis social más grave desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que empezó como una protesta contra el alza en el precio del boleto de metro y se convirtió en una revuelta por un modelo económico más justo y más derechos sociales.
Las revueltas dejaron episodios de violencia extrema con incendios, saqueos y destrucción de mobiliario público que llevaron a la Fiscalía a abrir más de 5 mil causas por delitos cometidos en las marchas, además de señalamientos por parte de distintos organismos como la ONU y Amnistía Internacional (AI) contra las fuerzas de seguridad por violaciones a los derechos humanos.
Acusan “demoras injustificadas”
Según los denunciantes, los crímenes cometidos durante el denominado estallido social son “fraudulentamente” calificados en Chile como delitos comunes “con el deliberado propósito, en primer lugar, de sustraerlos de la jurisdicción de la CPI y, en segundo lugar, para preparar las condiciones que permitirían favorecer su posterior impunidad”.
La investigación de los abusos, agregó el texto, ha sufrido “demoras injustificadas” y las actuaciones tanto del Ministerio Público como del Órgano Judicial “no revisten la necesaria independencia e imparcialidad y el debido respeto por el principio de igualdad ante la ley”.
Aparte de los fallecidos, los casos más polémicos protagonizados por agentes durante la ola de protestas fueron los de Gustavo Gatica y Fabiola Campillai, que se quedaron completamente ciegos tras recibir disparos de perdigones y bombas lacrimógenas en su rostro.
“El elevado número de víctimas y el impacto que estas violaciones tienen en la población chilena y en la opinión pública internacional son de una gravedad tal, que se hace necesario abrir investigaciones por parte de la Corte”, insistieron los denunciantes.
Piñera, un multimillonario empresario que accedió al cargo en marzo de 2018 para un segundo periodo no consecutivo, ha negado reiteradamente que existiera una política sistemática y deliberada para reprimir las marchas y en los primeros meses del estallido social se refirió a los abusos policiales como “casos aislados”.
Distintas voces del Gobierno han reconocido en este tiempo que las fuerzas policiales cometieron violaciones de derechos humanos en las manifestaciones, tal y como afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand, en una entrevista con Efe el pasado diciembre.
El mandatario conservador sí se comprometió, sin embargo, a reformar el cuerpo policial de Carabineros, el más señalado durante las marchas y cuyo director general dimitió tras varios incidentes, y al menos dos de sus ministros de Interior fueron suspendidos por el Parlamento.