Simbiosis industrial, alternativa frente a retos ambientales de BC

TIJUANA BC (SBC).- En Baja California estamos promoviendo la simbiosis industrial como una alternativa para afrontar retos ambientales y generar un mayor bienestar en la población, afirmó el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, titular de la Subsecretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) en el Estado.

En entrevista para el Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), dijo que la simbiosis industrial es una herramienta de la economía circular que, por ejemplo, podría ser una salida para manejar la gran cantidad de estiércol en establos o para aminorar los malos olores que genera el agua residual de fábricas de harina de pescado en zonas como El Sauzal.

Recordó que el concepto simbiosis proviene de la biología y se refiere al proceso mediante el cual dos organismos se asocian para beneficio mutuo, algo sobre lo que hay numerosos ejemplos en el bosque, la flora, la fauna y los microorganismos, por lo que la simbiosis industrial se da cuando una empresa o industria usa los subproductos de otras.

“Un ejemplo sería el agua o los residuos alimenticios e industriales que la gente erróneamente suele considerar residuos, pero que en realidad son subproductos, puesto que con residuos alimenticios se puede alimentar animales de granja y con residuos industriales no tóxicos es posible producir energía mediante la incineración”, comentó.

Explicó que uno de los retos ambientales del estado son las gigantescas cantidades de estiércol generadas en la cuenca lechera que está rumbo a Ensenada, así como en establos de carne que hay en el Valle de Mexicali, principalmente, pues algunos tienen hasta 90 mil vacas, cifra casi equivalente al número de personas que habitan ciudades como Tecate.

“Se generan toneladas de estiércol y una salida es manejarlo como composta; no solo, sino que hay que incorporarle madera, restos de material orgánico y el esquilmo agrícola, para que en vez de quema agrícola, se incorporen como composta la paja del trigo, la mata del maíz y la mata del frijol, sería una simbiosis entre la industria ganadera y la agricultura”, dijo.

Estas fórmulas de simbiosis, aclaró Zavala Álvarez, existen en la naturaleza, nosotros vamos imitándolas, porque la economía circular es un intento de mimetizarnos con estos procesos naturales, para que los recursos que sacamos de la naturaleza se usen de forma eficiente y no se conviertan en residuos de un modo automático.

“Hay mucho que se puede hacer; por ejemplo, una empresa del ramo cervecero tiene muchas tarimas por los envases que recibe, tarimas que luego no necesita porque eran solo embalaje y para ella se vuelven residuos, cuando en realidad son subproductos, porque están bien hechas, tienen un valor y pueden servir a otras empresas o fines”, ejemplificó.

También el cartón, añadió el subsecretario, que llega como embalaje a muchas empresas es un subproducto para otras, hay una empresa en Baja California que lo muele, lo hace pasta, y luego rollo para que vuelva a ser cartón, esta empresa consume 6 mil toneladas de cartón al mes para volver a hacer rollos y crear nuevas cajas que sirvan de envases y embalajes.

El titular de la SDS, una subsecretaría de la Secretaría de Economía Sustentable y Turismo (SEST), afirmó que el concepto de economía circular está retomando las experiencias que ya suceden para articularlas, facilitarlas y estimularlas, por ello la simbiosis industrial es uno de los conceptos que se incluye en el proyecto actual de ley estatal de economía circular.

Añadió que en Ensenada llega más mercancía en contenedores marítimos que la que sale, así que se han acumulado estas cajas de fierro en patios gigantes y empiezan a ser un problema en vecindarios de El Sauzal y rumbo al Valle de Guadalupe, pero una opción es volverlos bodegas o construir casas, incluso bares, como hay uno en la zona río de Tijuana.

“La poda verde y los residuos de comida de la central de abastos se pueden compostear; es absurdo mandar la poda verde al relleno sanitario, porque tiene mucha agua y puede ser composta que mejore suelos; en los taludes de la zona río, del canal, se quita la hierba y se tira en bolsas, en vez de triturarla y dejarla allí en el talud, para que se haga suelo”, agregó.

Otro de los casos concretos que ya se están trabajando y que nos interesa promover una simbiosis porque ya es un problema serio para la comunidad, son los olores fétidos que se generan por el agua residual de fábricas de harina de pescado, olores muy desagradables de los que con justa razón se quejan los vecinos en zonas como, por ejemplo, El Sauzal.

Estos “residuos” producto del proceso de fabricación de harina de pescado son muy altos en nutrientes, en proteína, por lo que al descomponerse causan olores muy fétidos, pero una salida que ya se ha empezado a tomar es verlos como subproductos, dado que, si se estabilizan, pueden utilizarse como fertilizante líquido en Valle de Guadalupe.

“Se usan hoy, se está haciendo ya y también pueden ser un ingrediente en la elaboración de composta, mezclándolo con otros residuos orgánicos, como estiércol, poda verde, restos de comida e incluso el orujo de la industria de viñedos, es decir, el pellejo, las semillas y la rama de los viñedos, se puede elaborar una composta útil, que es un mejorador de suelo”, afirmó.

El reto es articular esta simbiosis, finalizó, porque en el estado hay muchas oportunidades que están a la mano, algunas ya se están haciendo, como el uso de aguas residuales de las harineras de pescado para crear composta o fertilizante líquido para la agricultura, es algo que ya se está haciendo parcialmente en San Quintín y en el Valle de Guadalupe.

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