* “Radiación” de la artista plástica Irma Bejarle reúne una serie de retratos que evidencian el impacto causado por los rayos ultravioleta.
Semanario Balún Canán/ TIJUANA, B.C (SBC).- El Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, presenta en línea una exposición fotográfica que pone en evidencia los impactantes efectos que la radiación solar produce en la piel, como metáfora de las consecuencias que el calentamiento global causa en la Tierra.
Con el título de Radiación, la artista plástica tijuanense Irma Bejarle ofrece en esta exposición retratos de varios individuos captados con una cámara sensible a los rayos ultravioleta (UV), con la finalidad de mostrar los daños que el Sol provoca en la piel, los cuales si bien son imperceptibles a simple vista dejan rastros nocivos y perdurables, y que en no pocos casos evolucionan en afecciones dérmicas tan graves como melanomas y otros tipos de cáncer, de ahí que su exposición cobre mayor relevancia en el Día Mundial contra el Cáncer que se celebra este jueves 4 de febrero.
No obstante, más allá del ámbito clínico, la artista propone la lectura de sus imágenes a manera de analogía de cómo este mismo fenómeno de la radiación UV provoca sobre la Tierra manifestado en sequías prolongadas como consecuencia de las alteraciones climáticas derivadas del calentamiento global.
Según explica la autora en el video de su exposición, el proyecto surgió de la observación de lo que sucede en Baja California, donde los periodos de calor cada vez se extienden más y las temperaturas son más elevadas y esto se experimenta como un ardor en la piel sin importar el tipo de protección solar que empleen las personas.
“Esto me llevó a la búsqueda de la manera en que pudiera demostrar que este ardor en la piel deja estragos visibles en nuestro organismo y corroborar que el cambio climático no es un fenómeno ajeno o distante a nosotros, porque sus repercusiones no son visibles inmediatamente”, revela Bejarle.
En seguida pasa a explicar qué es la fotografía UV y sus usos en dermatología, que se sirve de esta técnica para el estudio de la absorción epidérmica de drogas, la eficiencia de los bloqueadores UV, la detección de melanomas (un tipo de cáncer) y la evaluación de daños en la piel a causa de la sobreexposición solar.
Existen dos tipos de fotografía UV: la UVF (ultraviolet fluorescence) y UVR (ultraviolet reflectance), ésta última usada por la artista en Radiación y que puede resumirse como el escaneo en blanco y negro de la piel para su estudio clínico.
La evidencia médica señala que entre menos melanina posea la dermis es más vulnerable a la radiación ultravioleta, lo que se traduce en los retratos en forma de manchas blancas irregulares las cuales indican la incidencia del daño; por el contrario, pieles más oscuras indican mayor concentración de melanina y, por tanto, mayor resistencia a los rayos UV; no obstante, al margen de su tonalidad, todos los tipos de piel resienten los efectos de esta radiación, dependiendo de la exposición a la luz solar y el tipo de protección usado.
Para poder captar la absorción de rayos ultravioleta se necesita una cámara especial llamada de amplio espectro es decir, que sea sensible a mayores longitudes de onda dentro del especto electromagnético, a diferencia de las cámaras convencionales, lo que permite capturar una irradiación de luz no visible por el ojo humano.
Además de la cámara full spectrum se requiere de iluminación con luz UVA o luz negra, que se emplea en dermatología para detectar células y elementos con diferentes dinámicas de fluorescencia las cuales revelan síntomas de afecciones en la piel causadas por la exposición a la radiación solar.
Armada con estos dispositivos, Bejarle adecuó un espacio en total oscuridad, que impidiera la presencia de otro tipo de luz que interfiere en la reflectancia de UV por la melanina de la piel que capta la cámara; luego los retratos fueron sometidos a un proceso de revelado digital separando los diferentes canales RGB para extraer la evaluación de blancos y negros detectados por la cámara para el rastreo de los rayos UV absorbidos por la piel.
El resultado es una serie de retratos en blanco y negro que muestran los estragos de la radiación solar sobre la piel, los cuales quedan en evidencia en la exposición de Bejarle, como lo podrá comprobar el público en esta exposición que se encuentra disponible en https://www.facebook.com/watch/?v=1618507718336770.
En cuanto a la artista, Irma Bejarle, nacida en 1997, es egresada de la licenciatura en Artes Plásticas por la Universidad Autónoma de Baja California; en 2018 estudió en el Instituto de Fotografía del Noroeste y al año siguiente en el Koffler Centre of the Arts en Toronto, Canadá; su tesis de titulación, “Radiación: una introducción a la fotografía UV” fue aprobada con mención honorífica en el año 2000, y cuyos resultados presentó en el VII Encuentro Estatal de Jóvenes Investigadores organizado por la UABC y Conacyt. Como artista, Irma Bejarle posee una trayectoria binacional de exhibiciones colectivas y su trabajo ha sido publicado en línea por el Aerogramme Center for Arts and Culture.