* El historiador compendia en un solo volumen la historia de las afecciones masivas en el país, desde los tiempos prehispánicos hasta el COVID-19.
Semanario Balún Canán/ TIJUANA, B.C (SBC).- Una obra de categórica vigencia fue presentada por el Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, el pasado fin de semana: “Historia de las epidemias en México”, en una sesión digital encabezada por su autor, el historiador y economista José N. Iturriaga.
Experto en diversas disciplinas, que van de la biodiversidad a la gastronomía pasando por la historia y las expresiones de la cultura popular, José N. Iturriaga charló amenamente con el comentarista de su libro, el doctor Hermes Millán, de profesión psicoanalista, y el periodista cultural Jaime Cháidez Bonilla, quien intervino como moderador, en una sesión más de la campaña nacional Contigo en la Distancia de la Secretaría de Cultura federal.
Hermes Millán, miembro del Colegio de Psicoanálisis de Buenos Aires, poeta y cineasta, calificó al texto de Iturriaga como un libro oportuno cuyo “aporte es invaluable” al abordar, desde el origen, la historia de las epidemias en México, puntualizó.
Millán llamó también a este volumen un “libro rebelde”, porque “no es un libro de historia, pero invita a un recorrido histórico; tampoco es un libro filosófico, aunque la reflexión trascendente está planteada permanentemente en sus páginas; no es un libro de entretenimiento, aunque resulta muy entretenido y no es finalmente un libro de política, aunque la coyuntura política está aludida todo el tiempo”.
Al hablar de la investigación que da sustento a su obra, el Dr. Iturriaga aseguró que pudo percatarse de que no había una publicación compendiosa desde la época prehispánica hasta el COVID, ni que estuviera en lenguaje accesible para todo público; “todas las publicaciones son muy especializadas y lo que presento en el libro es algo completamente digerido para que cualquier persona, jóvenes y adultos, puedan leer”.
Se trata de un libro para generar interés sobre el tema y no tanto para disfrutar, explicó, ya que “sería un contrasentido decir que alguien puede disfrutar un tema de muerte, pandemias y exterminios naturales de la humanidad; la palabra entonces no sería disfrutar, pero sí es un libro que por su tema provoca interés”.
Convencido de que el estudio del pasado arroja luz sobre el presente y ayuda a bosquejar el futuro previsible, Iturriaga habló de algunas lecciones que se desprenden de esta “Historia de las epidemias en México”: “La más importante para mí y para los lectores es que el COVID-19 no es ni remotamente la más grave epidemia ni una de las peores que haya sufrido la humanidad, ni nuestro país”.
Para apuntalar esta declaración, el investigador aseguró que aun con sus grandes cifras de mortalidad “dista mucho de la ‘peste negra’ del siglo XIV que asoló Europa y dejó 85 millones de muertos cuando el mundo tenía mucho menos habitantes que hoy, la estimación es que murió el 10% de la población del mundo conocido, pues América aún no se descubría”, mientras el COVID-19 “promedia un muerto por cada 5 mil personas, 500 veces menos que aquella epidemia”, refirió.
El historiador resaltó algunas otras cifras: “la influenza de hace 102 años, 1918, mató en México medio millón de personas, casi cinco veces más de las que han muerto hasta ahora”, aunque, desde luego, “para una familia que ha perdido a alguien esa persona es el cien por ciento de su tragedia personal”.
“A ninguno de los seres humanos actuales del planeta nos había tocado una pandemia a nivel mundial, la última fue hace 102 años”, aseveró, “de modo que no existe nadie vivo que haya conocido una pandemia como esta, por eso nos tomó desprevenidos”; luego vino un largo confinamiento, pero “la gente sé hartó del encierro y está volviendo a salir y por eso las cifras están otra vez al alza”.
No escapa a la atención del autor que en este tipo de fenómenos masivos hay una tendencia a politizar: “en cualquier parte del mundo las medidas sanitarias entre más rigurosas y obligatorias son más efectivas, pero también despiertan más la ira popular y se pierde la objetividad; así, los opositores a un gobierno en cualquier parte del mundo usan la epidemia para tener una herramienta más de ataque contra las autoridades”, advirtió.
Personalmente, “me gustaría que las medidas sanitarias pudieran ser más enérgicas, como vemos en países europeos donde la fuerza pública está obligando a las personas a usar el cubrebocas, es algo que llegado el momento podría hacerse en nuestro país”.
Por último y de cara a la proximidad de la vacunación contra el COVID-19, Iturriaga comentó: “Muchos no se piensan vacunar diciendo que no serán conejillo de indias, a esas personas les aclaro que estas vacunas no son resultado de diez meses de investigación, sino de décadas de trabajo de universidades e institutos del más alto nivel científico en el mundo, de modo que tienen un alto grado de seguridad y efectividad. Seré el primero en la fila en febrero para vacunarme”, anticipó.