“Animalizarnos”, la vía para garantizar el respeto a derechos de los animales

TIJUANA BC (SBC).- Los animales son un reflejo de cómo nos llevamos con la naturaleza, así que para respetar sus derechos no debemos humanizarnos, sino animalizarnos, revalorarlos, ése sería el exhorto, aprovecharlos para que ellos nos permitirán reconectar con la naturaleza y vivir en armonía con ella.

Así lo destacó el ingeniero bioquímico José Carmelo Zavala Álvarez, titular de la Subsecretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) del Estado, luego de que el 4 de octubre se conmemoró el Día Mundial de los Animales y este 15 de octubre se cumplen 42 años de que la Declaración Universal de los Derechos del Animal fue proclamada y aprobada por la ONU.

En entrevista para el Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), recordó que México es el cuarto país con mayor riqueza de especies, por lo que protegerlas y respetarlas es vital para el bienestar y el desarrollo sostenible, pero ignorar los derechos de los animales o restarles importancia es lo que ha hecho al hombre cometer crímenes en contra de ellos.

“Sacrificar especies exóticas y usarlas como alimento es lo que, suponen muchos, causó la actual pandemia, porque algunos animales de vida silvestre se consumen directo; este virus surgió –hasta donde sabemos– de los murciélagos y pasó al pangolín, un animal parecido al armadillo; en Asia hay mercados de vida silvestre y al pangolín se lo comen”, dijo.

Añadió que, aunque también han posibilitado la transferencia de enfermedades a personas muy sensibles o niños, la relación con animales domesticados o de compañía, como perros y gatos, es muy distinta e incluso existe un movimiento en defensa de sus derechos, para evitar la crueldad animal y prohibir, por ejemplo, los cohetes en días festivos.

“Nos falta tener más presente el respeto, la armonía, la conexión con la naturaleza; los animales son una buena conexión, la emotividad que tenemos, por ejemplo, con los animales domésticos, nos interesa que esa conexión, ese vínculo afectivo, podamos tenerlo también por otras especies para protegerlas y respetar sus hábitat”, expresó.

Por la pandemia, añadió, se ha vuelto más atractivo el turismo más próximo, en espacios abiertos y áreas naturales, ojalá que vayamos a la observación y al cuidado de pájaros y cimarrones, de animales icónicos que son símbolo de las ciudades y equipos deportivos, queremos esa conexión, esa fraternidad, porque nosotros también somos animales.

Afirmó que el año pasado se creó la Secretaría de Economía Sustentable y Turismo (SEST), que encabeza el licenciado Mario Escobedo Carignan, agrupando a cuatro subsecretarías, incluida la de Desarrollo Sustentable, y ha resultado virtuoso el trabajo colaborativo para armonizar la actividad económica y turística con la protección de los ecosistemas naturales.

“Los animales tienen un espacio vital, un oso o un venado para vivir sanamente necesitan cierta cantidad de hectáreas para vivir en armonía, pero en las granjas se ven las consecuencias de no cumplir con eso; si varios cerdos viven en hacinamiento, en un solo corral, se pelean, debemos considerar la capacidad de carga del espacio vital”, remarcó.

Hoy persiste, agregó Zavala Álvarez, el reto de verificar y transformar estas granjas para eliminar el hacinamiento y las condiciones inhóspitas en que algunos animales pueden estar viviendo, como parte de los procesos industriales de cerdos, aves y vacas, porque hoy se tienen gigantescas granjas con grandes concentraciones de animales domesticados.

Por un lado, indicó, debemos acortar el crecimiento o la explotación en hacinamiento, pero por otro lado se utilizan hormonas para el crecimiento más rápido de los pollos, es una paradoja que adolecen aves como las gallinas, que nunca salieron de su jaula y solo se dedicaron a poner huevos, sin duda que esto debe mejorar e implica una reflexión ética.

Destacó también la existencia de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites), que es un acuerdo internacional concertado entre los gobiernos para velar por que el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres no constituya una amenaza para su supervivencia.

“México es uno de los países firmantes, es uno de los pocos convenios internacionales que en verdad tiene dientes, que es vinculatorio, pero aún así hay quienes lo incumplen; aquí ocurre hoy con el comercio ilegal de vida silvestre, como el buche de totoaba y antes con los huevos de tortuga, estimulado por la leyenda urbana de que eran afrodisiacos”, criticó.

El subsecretario de Desarrollo Sustentable de Baja California agregó que también la pesca sigue dependiendo de buena parte de la vida silvestre y la ha sobreexplotado, como en el caso de la langosta, que antes se pescaba en Puerto Nuevo y ahora se saca más al sur, porque se acabaron, no se le dio oportunidad a la naturaleza de resiliencia, de recuperarse.

“En el caso de la pesca, hubo temporadas muy intensas y luego se ha intentado regular por polígonos, por campos pesqueros, para dejarlos descansar e intentar que se reproduzcan, con vedas para no acabar con la población, en algunos casos esto ha sido exitoso, pero en otros realmente no”, opinó Zavala Álvarez.

En cambio, destacó como caso exitoso en vida silvestre el proyecto del Cóndor de California en San Pedro Mártir, ese hábitat ha sido apto para que los polluelos nacidos en cautiverio sean entrenados para poder adaptarse y sobrevivir al ser liberados al medio ambiente, ha sido un éxito, tanto que ya ha habido reproducción en libertad de estos cóndores.

“La gente que trabaja con el cóndor busca que no se haga amigable con las personas, para que esté alerta; de lo contrario, no huiría cuando se acerca un animal o un depredador y moriría, por eso desde que están en cautiverio no tienen presencia humana, los alimentan con un maniquí de mamá cóndor, para que no se familiaricen con el humano”, finalizó.

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