Por Rafael Cano Franco
Semanario Balún Canán., (SBC).- Todo fue cuestión de que el presidente Andrés Manuel López Obrador soltara un primer vídeo, donde aparecen personajes contando fajos de billetes sin que quede claro cuál es el destino y el origen de ese dinero, porque el video no tienen audio, para que se destapara una cloaca de corrupción que alcanzó al propio Jefe de la Nación.
La respuesta fue otra grabación donde aparece Pío López Obrador, hermano del Presidente y David Romero León, quien recién había sido designado zar anticorrupción en la compra de medicinas, donde Romero León le entrega a Pío un millón de pesos, sin que se establezca tampoco el origen y destino del dinero.
Dado que Romero León era un operador del en ese momento gobernador de Chiapas, Manuel Velazco, se especula que ese millón de pesos era parte de la aportación mensual que ese gobierno hacía a López Obrador y que inició desde el 2015 y se extendió hasta el 2018.
Esa sería la forma de comprar impunidad por parte de Manuel Velazco, gobernador emanado del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), en aquel entonces aliado con el PRI, hoy en alianza con Morena; al final del gobierno de Velazco en Chiapas, la Auditoría Superior de la Federación (ASF), perdonó el desvío de 660 millones de pesos que el gobierno de Peña Nieto envió a esa entidad y que no fueron utilizados en las acciones etiquetadas.
Desde la curul que ocupa como senador, Manuel Velazco negó que el dinero entregado por su operador David León Romero a Pío López Obrador fuera de las arcas del gobierno de Chiapas.
El propio León Romero, quien grabó los videos, aseguró que se trataba de aportaciones hechas por particulares al “Movimiento” de López Obrador y el propio Presidente avaló esa versión.
Sin embargo, más allá de que el escándalo de esta grabación opacó la que promovió el Gobierno Federal; volvieron a tomar vigencia otros audios y grabaciones donde personajes políticos y familiares ligados al Presidente López Obrador fueron grabados, en audio o video, solicitando favores, pidiendo dinero y buscando financiar las actividades políticas del partido político Morena y del propio Andrés Manuel.
Hay grabaciones de una cuñada de López Obrador, casada con su hermano Francisco, quien desde la Oficilía Mayor de la Secretaría de Educación Pública de Veracruz desvió 2.5 millones de pesos que el gobierno de Javier Duarte entregaba a Morena para desbarrancar la campaña del PAN en el 2015.
Hay audios donde el ahora Secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo acuerda otorgar favores judiciales y como contraprestación le entregan 300 Mil pesos.
Aparecieron las grabaciones de las llamadas telefónicas donde Ricardo Monreal le pide a Manuel Velazco que interceda para liberar a tres mujeres detenidas en el aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez por llevar 1 millón de pesos, justo al finalizar una jornada electoral.
Ahí están los audios de Julio Scherer pidiendo a un empresario un fuerte donativo para apoyar a Ricardo Monreal y el empresario responde que “ya le entregué 5-0” –cincuenta millones de pesos–, pero Scherer insiste que apoye con un poco más y que ayude a Monreal: “Ayúdale, ayúdela, le voy a hablar para decirle que le vas a ayudar”.
Ahí está el caso de Eva Cadena, quien en Veracruz fue grabado pidiendo dinero para financiar la campaña de López Obrador y luego fue defenestrada por la 4T, al grado que escribió un libro titulado “La Traición” donde cuenta como fue dejada a su suerte al verse descubierta.
En la versión del Presidente López Obrador todo ese dinero venía del “pueblo” y tenía como destino financiar a un partido político como Morena que representaba la urgencia del cambio gubernamental de los ciudadanos.
Pero Morena, desde el 2015 ya era un partido político que recibía 128.5 millones de financiamiento público, más las aportaciones que recibía en los estados; como institución política debía registrar ante el INE a todos los que aportaban dinero y por ninguna parte aparece David León Romero.
En su conferencia mañanera del viernes, López Obrador reconoció esas contribuciones y hasta dijo que de ahí salía su salario, eso es aceptar la comisión de un delito y muestra el grado de improvisación con el cual el gobierno federal ataja las crisis.
El Presidente López Obrador reconoció que con cuatro días de anticipación sabía que aparecería el video con su hermano Pío recibiendo el dinero, pero a pesar de tener ese tiempo para armar una respuesta creíble y contundente, se fue por lo simplista, por la parte del revisionismo histórico y ante la impreparación terminó por aceptar la comisión de delitos, de su hermano, de él mismo y de los otros.
Ahora hay que esperar más videos, otros audios, grabaciones porque la honradez de la 4T ya está abollada y seguramente hay muchos más personajes que van a ser exhibidos.
Lo cierto es que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, no tenía la cola tan corta, como había hecho creer.