INDISCRECIONES: LA GUERRA CONTRA LA PEDOFILIA*

Por La Dama detrás de la pluma.

Semanario Balún Canán/ TIJUANA, B. C., (SBC).- Los monstruos existen… son muy reales; están entre nosotros; se ven como tú o como yo; a veces son nuestros vecinos, y otras veces son de nuestra familia; pueden ser un amigo, o un compañero de trabajo.

Pedófilo, según la psiquiatría, es quien padece de un trastorno sexual llamado pedofilia, el cual se constituye por la atracción física y sexual hacia los niños, siendo estos de distinto o igual sexo. Mantener fantasías sexuales con niños, también es parte de esta parafilia conocida a su vez como paidofilia.

“Un país que no puede proteger a sus niños, es un país Fallido; pues, un país sin niños, es un país en agonía”. La Pedofilia es el tema incómodo que evita el político; es el sacrilegio del que nunca habla el cura en misa; es el “canibalismo” del siglo XXI.

Cientos de miles de niños son explotados, violados, día a día; niños de todas las edades son vendidos como objetos, y asesinados por malnacidos, y, todo esto, gracias a que los “buenos” prefirieron fingir que aquí no pasaba nada.

Miren la situación en Acapulco: miles de turistas son atraídos a estas ciudades, con la promesa de que podrán abusar de nuestros niños. A mí me dueles, México; pero más me duele la indiferencia de tus ciudadanos… esos que dicen ser rectos, de esos que aún se asustan cuando ven sangre en las noticias.

Los pederastas se desenvuelven libremente por internet, donde, sin ningún miramiento, comparten sus atrocidades; en nuestras narices trafican con los infantes, como si de reses se tratase; se reúnen en páginas y grupos en Facebook, donde, con total libertad admiten ser pederastas.

Acapulco es el Edén para los pedófilos, pero, no es diferente en el centro de Tijuana, donde, por las noches, las lúgubres esquinas se llenan de niños, no señores. Esto no pasaría si los “buenos” no fueran todos como un puñado de “cadáveres” indolentes.

El egoísmo del ser humano es ese que dice: “ese niño que vive en la calle no es problema mío”; porque “no es mi hijo”, o porque “no es de mi familia”; porque “no lo conozco”, y, por eso, “que se rasque con sus propias uñas”. Ese niño que duerme debajo de un puente, ese niño huérfano que se ha enganchado en las drogas, “no es mi asunto”. Ese egoísmo que todo lo pudre, será el responsable de la destrucción del mundo.

La guerra contra la pedofilia será posible con la ayuda de todos nosotros, ciudadanos comunes, el día en que digan: “basta” a la indiferencia que mata, “basta” de voltear la mirada a otro lado y fingir que en este país no pasa nada. Es tiempo de retirarnos la cómoda venda de seda que obstruye nuestros ojos, esa que nos permite actuar como si no pasara nada, pero pasa.

¡¡¡Ser niño en este mundo es una hazaña!!!

-Y RECUERDEN AMIGOS, LA VIDA ES CORTA Y LA MEMORIA ES FRÁGIL; YO POR ESO, MEJOR ESCRIBO.

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ladamadetrasdelapluma@gmail.com

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