-¿Quieres un refresco?, preguntó una voz femenina fuera de cámara.
A cuadro, Felipe Rodríguez Salgado, El Cepillo, aceptó. Lucía peinado, con aspecto pulcro, y una camiseta blanca limpia, rematada por chaleco de seguridad, como de protección civil. Era el 16 de enero de 2015 y estaba a punto de grabar un video en el que confesaría de cabo a rabo el papel jugado por Guerreros Unidos en la desaparición de los 43 normalistas de la Escuela Raúl Isidro Burgos.
-Nos dieron la orden de llevarlos para allá, contó….
Era el relato conocido del basurero de Cocula. Pero la verdad oficial dista mucho de lo ocurrido. El “trato amable” que recibió El Cepillo, fue solo un espejismo, como queda de manifiesto en la existencia de dos videos, tomados con apenas unas horas de distancia en las oficinas de la entonces Procuraduría General de la República. Ambas grabaciones muestran las dos caras del caso Ayotzinapa: La pública, en la que se respetan los procesos y los derechos del detenido. Y la otra. La que se usó para construir muchos de los testimonios, mediante prácticas como la tortura.
Horas antes de pisar las oficinas de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, El Cepillo se encontraba sometido, sentado en una silla, esposado, encapuchado y sin camisa, con la cabeza abajo y quejándose.
No estaba en manos de Los Rojos, sus enemigos, sino de las propias autoridades de la PGR, entre ellos, el ex director de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón de Lucio, y el agente del Ministerio Público Federal, Abraham Eslava, según observa en un video en poder de MILENIO.
En el video, Zerón profiere varias amenazas contra el presunto sicario: si me mientes,“ya valió madres”, una. Otra: “a la primera mamada te mato”.
Antes de ser entregado a la PGR, Rodríguez Salgado ya había sido torturado por elementos de la Policía Federal de la Secretaría de Seguridad Pública. El 14 de enero, día de su captura, uno de los agentes de la PF cortó cartucho y le puso una pistola en la cabeza. Lo amenazó para que dijera lo que sabía de los normalistas de Ayotzinapa, “porque si no lo iban a llevar con los militares”.
Lo hincaron, lo tiraron al piso “con agua boca abajo”, donde un policía se sentó en su espalda y otro le agarró los pies para que no pataleara, según detalla la recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Horas más tarde, frente a Evelyn Aguilar Gómez, la perito en psicología de la PGR que lo entrevistó en la Seido, se muestra un escenario controlado, civilizado. En éste, El Cepillo asegura:“Yo digo que sí eran sicarios… Decían que eran sicarios, ninguno dijo que fueran estudiantes”.
Ese video, el del trato suave, fue filtrado en 2017 por la PGR a medios de comunicación para reafirmar la narrativa existente: los estudiantes habían sido incinerados en el basurero de Cocula..
En esta grabación se aprecia cómo se la dieron al presunto sicario todas las facilidades para que se sintiera cómodo. Se le permitió sentarse sin esposas, además de que se le dejó beber agua y una coca cola light. En su pie izquierdo hay una hoja con una pluma.
En la grabación, se escucha el momento en el que se le informa sobre sus derechos y la perito le pregunta si estaba dispuesto a participar en la entrevista, que después derivó en la revelación de lo que pudo ser el destino de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Rodríguez Salgado acepta.
Pero se trata de un video diametralmente opuesto al grabado un tiempo indeterminado antes, en un cuarto pequeño en el que se ve a Tomás Zerón tranquilo, dando vueltas frente al mismo hombre, sometido, encapuchado y esposado. No hay playera blanca. Ni chaleco de seguridad. Se le escucha jadear.
– Tomás Zerón (TZ): Ya valió madres. La primera mamada que me digas y cambiamos el tono, ¿va? ¿sí o no? Ya hemos estado viendo las noticias. Tú dinos cómo quieres que vayamos avanzando. Tú no vas a ser la excepción, entonces, no te la pongas difícil.
– El Cepillo (EC): Vale.
– TZ: Vale. Bueno, vamos a empezar. Dime todo lo que sepas de los estudiantes. La primera mentira que me digas, se acabó el tema y empezamos.
– EC: Al entrar, había… Me llamaron.
– TZ: ¿Quién te habló?
– EC: Don Ignacio…
– TZ: ¿Quién? Habla un poquito más fuerte. ¿Quieres que te aplique la suave? Más suave. Regálenle agua.
– Persona no identificada: Voy.
– TZ: Vas por la suave, ¡eh!
– Persona no identificada: A ver, mira, te vamos a quitar las esposas.
– TZ: A la primera mamada te mato, güey. Ya, a ver, síguele.
– EC: Estábamos ahí.
– TZ: ¿En dónde es ahí?
– EC: En Cocula, en Cocula.
– TZ: ¿Qué día era?
– EC: No recuerdo bien, no recuerdo. Y ya, no, entonces me habló… Quería que fuéramos para Iguala, que porque estaba entrando la gente de color.
– Persona no identificada: ¿Los rojos o a quién te refieres?
– EC: Ajá.
– TZ: Habla más fuerte, habla más fuerte. A ver, dime qué tienes. Ponte derecho, dime qué quieres. ¿Quieres una camisa o algo?
– EC: Así estoy bien.
– TZ: Vale, échale.
– EC: Y este, aventaron a los de color a ejecutar a los chavos.
Tomás Zerón le dice: “Ya estás dado, como quieras, estás dado… No quiero mamadas, te lo voy a demostrar”, le advierte a Rodríguez, a quien le retiran la capucha que le cubría la cabeza.
Después otra persona le toma fotos ya con una camiseta blanca. El Cepillo le dice a Tomás Zerón que “lo aventaron sus chavos” (de la AIC). Se queja del dolor que siente en una de sus piernas.
Al final, Zerón pidió que lo pusieran a disposición del agente del MPF de la Seido.
De acuerdo con fuentes federales, esta grabación no obra en el expediente del caso Iguala, pero ahora ya está en poder de la FGR.
Ésta y otras irregularidades contribuyeron para que, en septiembre de 2018, El Cepillo recobrara su libertad.
En marzo de este año, un juez federal ordenó aprehender a Zerón, contra quien también existe una ficha roja emitida por Interpol, donde se le acusa de los delitos de tortura, desaparición forzada de personas y contra la administración de la justicia. Ahora, el gobierno de México realiza los trámites para extraditarlo de Canadá.
Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, dijo que Zerón debe rendir cuentas por la investigación del caso Iguala: “Se le están imputando los delitos, entre otros, de omisión; hay temas ahí de investigación muy clara, en donde se tiene que rendir cuentas sobre esta situación”.
Integrantes de Indigenous Activists Network enviaron una carta al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, para solicitarle que declare persona no grata en los territorios indígenas a Zerón.