TIJUANA BC (SBC).- Aún no procesamos las lecciones que nos deja la pandemia ni tenemos claro cómo va a ser la “nueva normalidad”, pero es seguro que el nuevo motor de la economía tendrá que ser uno más amigable con el medio ambiente, por ello estamos trabajando en un proyecto de Ley de Economía Circular para Baja California.
Así lo dijo en entrevista para el Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, titular de la Subsecretaría de Desarrollo Sustentable del Estado, afirmando que sólo se habrá aprendido la lección que dejó la pandemia si la sociedad empieza a hacer las cosas distinto, por ello se prepara la ley de economía circular.
En el marco del Día Internacional del Medio Ambiente, que se conmemora este 5 de junio, Zavala Álvarez recordó que la fecha se estableció desde 1974 y hoy es la más importante para fomentar la acción ambiental, sirviendo como plataforma para el desarrollo de actividades conmemorativas por parte de gobiernos, empresas, celebridades y ciudadanos.
“Este Día Internacional del Medio Ambiente será uno diferente, porque hoy la gente carga sanitizante como si fuera una pluma, es algo que forma parte de su atuendo personal; hoy se realizan un gran número de eventos en línea o reuniones virtuales y, debido a los cubre bocas, a veces ni los propios teléfonos celulares reconocen facialmente a su dueño”, opinó.
En cuanto al proyecto de Ley de Economía Circular, el titular de la SDS, una subsecretaría integrada a la Secretaría de Economía Sustentable y Turismo (SEST) del Estado, dijo que ya se ha estado platicando sobre este proyecto de ley con algunos actores importantes en materia ambiental y pronto podría estar en posibilidades de llegar al Congreso del Estado.
“Este proyecto de economía circular considera separación de residuos sólidos urbanos, considera estímulos para las empresas que sean amigables con el medio ambiente, considera estimular los casos de economía circular y que en los contratos de obra pública tengan preferencia las empresas que incorporen materiales reciclados”, adelantó.
Agregó que la ley posibilitaría que en la obra pública tengan preferencia empresas que reciclan, como la pavimentadora cuyo asfalto tenga llanta molida o el proveedor que venda mobiliario urbano, como postes y botes de basura, hechos con material reciclado y las empresas que usen residuos de la construcción, como metales y concreto molido.
“Si alcanzamos a alinear las compras de los gobiernos con el tema ambiental, para que los gobiernos realicen compras a empresas con etiqueta verde, estas compras verdes que haga el gobierno ayudarán a construir el ecosistema para que proliferen los negocios amigables con el medio ambiente”, anticipó Zavala Álvarez.
Es vital, añadió, que cambiemos la forma en que hoy producimos y consumimos, porque una economía lineal se basa en el modelo extracción-producción-consumo-desperdicio, mientras que en una economía circular se cierran los ciclos de producción y los recursos naturales se mantienen en constante flujo, sin desperdicio.
El funcionario estatal explicó que lo que una economía circular busca es mantener y aprovechar el valor agregado de los productos tanto como sea posible, cerrando círculos, para no remanufacturar lo que puede repararse; no reciclar lo que puede remanufacturarse y no tirar lo que puede ser reciclado.
Aclaró que reciclar es bueno, pero reusar es mejor y reducir es urgente, por ello una tendencia global es pasar de la economía lineal a una economía circular, la cual permite no solo reducir los impactos ambientales generados en la producción de bienes y servicios, sino una mejor economía, por lo que mejora la salud y la calidad de vida de las personas.
Afirmó que es vital la separación de residuos para que no se conviertan en simple basura, dado que si los materiales se separan desde la casa, empresa u oficina en donde se generaron, es más fácil y rentable el poder reusarlos para crear nuevos productos y que se incorporen a un nuevo ciclo tecnológico, tal y como funciona la naturaleza.
“Pero no sólo se trata de los residuos, tenemos que pensar en el diseño de los productos no solamente para su consumo, sino para su postconsumo; es decir, qué hacemos después de utilizarlos, cómo se desensamblan o separan las partes de un carro o una computadora para poder reincorporar todos sus materiales a otros ciclos tecnológicos”, enfatizó.
El cuerpo de una botella de agua, comentó, es de PET, un tipo de plástico, pero la tapa es de propileno y la etiqueta puede ser de otro tipo de plástico que tenga cloro; puede haber tres plásticos diferentes en una sola botella que sólo ha sido pensada para su consumo, deberíamos ahora pensar cómo se reincorpora después a un nuevo ciclo tecnológico.
“Los componentes de un producto tienen diferente uso y tiempo de utilidad, pero tenemos que ampliar los ciclos de vida de los materiales para que tengan mayores posibilidades de reparación y reúso; por ejemplo, un diferencial puede estar en un carro cinco años y si el carro se descompuso, puede pasar a otro carro”, comentó.
Debemos volver, finalizó, a una idea no nueva, la idea de tener piezas universales; cuánto tardamos, ahora ya se está haciendo obligatorio, en tener cargadores universales para los teléfonos; eran diferentes en modelo, en marca y cambiaban cada año, nos indigestamos de cargadores, cuando deberían tener el mismo tipo de enchufe y de especificación eléctrica.