* Muestra de composiciones fotográficas de la artista californiana Jenny Ashley pone el acento en la forma en que la identidad personal de la mujer es sustraída al asimilarla al entorno doméstico.
TIJUANA, B.C (SBC).- Con “Mujeres ocultas. The Lampshade Project”, de la artista californiana Jenny Ashley, se recupera el carácter internacional con que nació El Cubo, donde se despliega esta exposición que es “una celebración del arte femenino”, aseguró la Dra. Vianka R. Santana, directora general del Centro Cultural Tijuana, organismo de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, durante la inauguración de la muestra.
Integrada por una serie de composiciones fotográficas que gira en torno a la mujer y su identidad sustraída de la mirada pública al ocultarlas detrás de pantallas de lámparas, reduciéndolas a elementos decorativos, la exposición de Ashley se enmarca en el programa nacional Equitativa, que desde septiembre de 2019 se empezó a diseñar centrado en la producción, programación y difusión de proyectos en torno a la igualdad de género, señaló la Dra. Robles Santana al definir la muestra como “una invitación a repensar el rol de las mujeres en la sociedad contemporánea”.
“Equitativa propone vernos como seres humanos con la misma dignidad, los mismos derechos y las mismas garantías, y reconocer el trabajo fundamental que realizan las mujeres en todos los escenarios sociales, culturales, económicos y políticos de nuestro país, pero especialmente en el escenario de las artes que nos llena de tanta belleza y que nos permite redimensionar nuestra condición humana”, explicó la directora general del CECUT.
Previamente, la artista Jenny Ashley, cuyas imágenes en mediano y gran formato ofrecen retratos de mujeres “invisibilizadas” detrás de pantallas de lámparas en un entorno típicamente doméstico, sostuvo que su exposición es un “proyecto subversivo” por cuanto muestra a las mujeres cuya identidad personal ha sido confiscada.
Ashley recordó que durante una entrevista a propósito de su exposición, un reportero le preguntó porqué escondía a sus modelos, cuando en América Latina nos gusta mostrar a “nuestras mujeres”, expresión que, dijo, invoca la conceptualización que busca subvertir en su exposición, “como si las mujeres no fueran sus propias personas, como si fueran meros objetos de posesión, y eso es lo que estoy criticando con The Lampshade Project”.
Lo que la exposición pone a la vista de todos es que la verdadera identidad de la mujer puede ocultarse desde las perspectivas más particulares, pues lo que se considera “una buena mujer” equivale a una persona sin identidad plena, a la que no se le permite tomar sus propias decisiones, una mujer que está silenciada, atrapada en un juego de convenciones que sustrae, oculta, su identidad, sostuvo Jenny Ashley al admitir que ella padeció esa situación durante más de 20 años.
“Yo fui la mujer escondida debajo de la pantalla de la lámpara y pude recuperar mi voz a través del arte”, dijo Ashley al refrendar su convicción de que “el arte es una herramienta muy poderosa para resistir un sistema opresivo”.
En efecto, si algo muestra con toda claridad la exposición de la artista californiana es que la vía más segura para invisibilizar a las mujeres, de negar su identidad como seres individuales, es asimilarlas a un entorno que la mentalidad patriarcal pretende que sea natural, confundiéndolas con él hasta volverlas indistinguibles.
Aunque “Mujeres ocultas. The Lampshade Project” comprende una serie de fotografías, en las que sobresale la minuciosa composición de decorados que remiten a las imágenes de las revistas de decoración del hogar de los años 50, en donde todo pretende ser “de buen gusto” y está puesto en su lugar, en realidad son ideas las que llenan el generoso espacio que ofrece el Vestíbulo de El Cubo, donde se aloja, ampliado tanto a la rampa que conduce al costado de bulevar Independencia, como al pequeño lobby que se encuentra en el segundo nivel de la galería.
La idea más potente que transmite la exposición de la artista californiana es que no hay mejor forma de ocultar a la mujer que asimilarla a su entorno doméstico, no solo en el sentido del sitio donde la mentalidad más extendida confina a las mujeres, sino en un sentido más radical: confundiéndola literalmente con su entorno hogareño, asimilándola a su decoración, convirtiéndola en un objeto más de la ornamentación del espacio privado por excelencia, de tal modo que la mujer pase a ser parte del decorado del hogar, su “extensión natural”.
“Mujeres ocultas. The Lampshade Project” llama poderosamente la atención por la minuciosa composición que Ashley logran en cada una de sus imágenes, en donde nada hay que desentone, pero en las que detrás del “buen gusto” que transmiten bulle la idea de denunciar la sustracción de la identidad personal de las mujeres.