* El historiador Edgar Castro Zapata, bisnieto del Caudillo del Sur, acudió al Encuentro Literario Norte 32° para presentar el libro.
TIJUANA, B.C (SBC).- En el marco del centenario luctuoso del general Emiliano Zapata se puso nuevamente en circulación el libro “Ofrenda a la memoria de Zapata”, que recoge 26 testimonios de sobrevivientes zapatistas e intelectuales de izquierda que en 1938 recordaron al jefe del Ejército Libertador del Sur y que ahora reaparece en edición facsimilar.
Con un tiraje masivo, la nueva edición fue publicada por la Cámara de Diputados en éste que ha sido decretado el Año de Emiliano Zapata, con un estudio introductorio del historiador Edgar Castro Zapata, bisnieto del Caudillo del Sur, quien calificó como un acierto su aparición, pues permite documentar el impacto que causó la muerte del jefe revolucionario tanto entre sus familiares como entre las masas campesinas.
El libro fue presentado durante el Encuentro Literario Norte 32° con los comentarios de la doctora en Historia por la UABC, Norma Cruz González, quien explicó que para los fronterizos la visión que se tiene de la Revolución Mexicana y en particular de Emiliano Zapata está asociada con lo mexicano.
Al subrayar la importancia del relanzamiento de “Ofrenda a la memoria de Zapata”, la académica del Instituto de Investigaciones Históricas de la UABC recordó que en 1938, cuando se publicó la primera edición, gobernaba el general Lázaro Cárdenas, quien gozaba de un alto prestigio en el país gracias sobre todo al reparto agrario y, desde luego, a la expropiación petrolera; en ese contexto, un grupo de sobrevivientes del zapatismo se propuso reunir una serie de testimonios casi 20 años después del asesinato del revolucionario suriano.
Para la nueva edición, el bisnieto del Caudillo del Sur y presidente de la Fundación Zapata y los Herederos de la Revolución A.C. escribió un texto introductorio titulado “La muerte de Zapata, testimonios de familia”, donde reconstruye “una visión más íntima de dos de los hijos del jefe revolucionario, Nicolás, el mayor, y Mateo, el menor, mi abuelo materno, y evidencio cómo el gobierno de esa época quería justificar los motivos de porqué mató a Zapata”.
En la introducción al volumen, el historiador, egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, reproduce el parte militar de los zapatistas en torno a la muerte de su jefe que hace énfasis en que Zapata cayó asesinado por las fuerzas del gobierno.
Ello es así “porque al momento que ocurrió el asesinato, el 10 de abril de 1919, Pablo González, quien era el jefe militar del estado de Morelos, nombrado por el entonces presidente Venustiano Carranza, ordenó exponer el cuerpo de Zapata en la plaza pública de Cuautla, los días 11 y 12 de abril, para exhibir como un triunfo de las fuerzas carrancistas la muerte del Atila del Sur, como lo llamaban, y poner a circular la versión de que muerto Zapata se acabaría el zapatismo”.
“El hecho despertó en su momento muchas incógnitas entre los campesinos, que al ver expuesto el cadáver, muy maltratado, de su líder, se negaron a reconocer el cuerpo, al tiempo que en periódicos de la época se manejó otra versión que aseguraba que Guajardo lo mató en un enfrentamiento, no como resultado de un acto de traición, en el que cayó asesinado por 7 impactos de bala, como realmente ocurrió”, precisó el historiador.
“Reproduzco este hecho muy detalladamente en la introducción del libro”, explicó Castro Zapata al señalar que “los gobiernos de Madero y Carranza siempre tuvieron la intención de asesinar a Zapata, porque era muy intransigente en cuanto a sus demandas de justicia social para los pueblos y lo que quería era el cumplimiento del Plan de Ayala, que tercamente exigía la restitución de las tierras usurpadas”.
El zapatismo fue uno de los movimientos más radicales dentro de la Revolución y en la élite intelectual del zapatismo, en la cual se contaban personajes como Antonio Díaz Soto y Gama, Otilio Montaño, Genaro Amezcua y Gildardo Magaña, se promulgaron leyes muy avanzadas, como la emancipación de la mujer, el derecho a la educación, la expropiación petrolera, el derecho al divorcio, pero desgraciadamente el movimiento zapatista fue derrotado en el plano militar.
No obstante, 100 años después de su desaparición física la memoria del Caudillo del Sur sigue campeando en la actualidad, tal y como lo indica la consigna popular “Zapata vive, la lucha sigue”, finalizó el historiador Castro Zapata.