El Grupo de Lima se reúne este lunes en Santiago, Chile, para elevar la presión sobre el presidente Nicolás Maduro y sumar más apoyos para una salida pacífica de la crisis que sofoca a Venezuela.
La reunión de cancilleres Santiago persigue tres objetivos: “hacer todo lo posible para ingrese la ayuda humanitaria”; “seguir fortaleciendo todos los instrumentos de la presión internacional diplomática, económica, política”, y “ampliar este Grupo y buscar más coordinación y más unidad con el Grupo de Contacto”, que incluye a los países de la Unión Europea, señaló el presidente chileno Sebastián Piñera, al reunirse temprano este lunes con los cancilleres que asisten a la cita.
El encuentro contará con la presencia de Efraín Baus, subsecretario ecuatoriano de América Latina y el Caribe, y Christian Leffner, secretario general adjunto para asuntos Económicos y globales de la Unión Europea, quien sostendrá una videoconferencia con los asistentes.
El Grupo de Lima fue creado en agosto de 2017 por iniciativa de Perú, con el fin de colaborar en solucionar la crisis venezolana. Está conformado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Honduras, Guayana, Guatemala, México, Panamá Paraguay, Perú y Santa Lucía.
“El Grupo de Lima ha hecho un trabajo esencial y lo seguiremos desarrollando y seguiremos también estableciendo vínculos y buscando convergencias con otros actores de la política internacional que están interesados también en el restablecimiento de la democracia en Venezuela”, dijo por su parte el canciller chileno Roberto Ampuero, minutos antes de iniciar la reunión de cancilleres.
Ecuador y la UE participan en la reunión en calidad de observadores y representantes del Grupo de Contacto Internacional sobre Venezuela (GCI), del cual también intervienen Uruguay, Costa Rica y Bolivia, éste último país aliado del gobierno de Maduro.
Tras ser lanzado en Montevideo en febrero pasado, este grupo fijó un plazo de 90 días para promover comicios presidenciales como una salida pacífica a la crisis política en Venezuela.
Los países de la UE que participan del GCI son Alemania, España, Francia, Holanda, Italia, Portugal, Reino Unido y Suecia, todos a favor también de una salida democrática.
Chile, uno de los países más críticos del gobierno de Nicolás Maduro y de los primeros en reconocer a Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela, hizo un primer acercamiento mediante su canciller, quien participó de la última reunión del GCI en Ecuador en marzo pasado como ‘un puente’ entre el GCI y el Grupo de Lima.
Salida pacífica
La cita en Santiago se produce en medio de la peor crisis humanitaria y económica de la historia reciente de Venezuela, que ha provocado la migración de más de 3.7 millones de personas.
Según el FMI y el Banco Mundial, la inflación de Venezuela alcanzará este año 10’000,000%, mientras que el país sufrirá la pérdida de una cuarta parte de su PIB.
El empeoramiento de la crisis elevó especulaciones sobre una eventual acción militar. Recientemente el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a reafirmar que todas las opciones estaban sobre la mesa.
El domingo, tras una gira por Chile, Paraguay y Perú, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, lanzó una nueva descarga de críticas y amenazas contra el gobierno de Maduro, pidiendo que se reabra la frontera con Colombia para que los venezolanos puedan recibir ayuda esencial.
“Maduro debe saber que estamos vigilando y nuestro apoyo no va a flaquear. Los actores democráticos en Venezuela no serán disuadidos”, dijo Pompeo, que visitó a países afines a sus políticas.
Pero la opción militar es hasta ahora descartada por el Grupo de Lima.
La postura del Grupo “es muy clara con respecto a que busca una solución democrática, una solución política, una solución no violenta para la tragedia que está atravesando el pueblo de Venezuela”, reafirmó Ampuero.