Miles de trabajadores federales protestaron hoy en diferentes ciudades de Estados Unidos para reclamar el fin del cierre de la Administración, que lleva 20 días parcialmente paralizada debido a las diferencias políticas entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y la oposición demócrata.
“Miles de estadounidenses que trabajan arduamente están siendo excluidos de sus puestos de trabajo por ninguna otra razón que la política del miedo”
“Miles de estadounidenses que trabajan arduamente están siendo excluidos de sus puestos de trabajo por ninguna otra razón que la política del miedo. ¡Vergüenza de Senado! ¡Vergüenza de Casa Blanca!”, exclamó Richard Trumka, el presidente de AFL-CIO, la mayor plataforma sindical del país, ante cientos de empleados públicos.
Varios centenares se concentraron hoy enfrente de la Casa Blanca para pedir a Trump que reabra la Administración, con pancartas en las que se podía leer mensajes como “Quiero volver a trabajar” o “Congreso: haz tu trabajo y así podemos hacer el nuestro”.
Otras ciudades, como Filadelfia (Pensilvania), Ogden (Utah) o Denver (Colorado), también fueron hoy escenario de diversas manifestaciones de sindicatos.
Para hacer frente a la suspensión de pagos, miles de empleados federales han decidido optar a los subsidios de desempleo, a pesar de que técnicamente sí tienen trabajo.
Más de cuatro 700 trabajadores públicos se alistaron a las listas de desempleo en la última semana de diciembre, ya con el cierre administrativo, en comparación con los 929 de la semana anterior, según datos del Departamento de Trabajo.
De este modo, los empleados sí recibirán una compensación económica por estar oficialmente desempleados.
Teóricamente, una vez se reabra el Gobierno los trabajadores federales cobrarán las nóminas que hayan dejado de cobrar, pero los miles de empleados que trabajan normalmente subcontratados por la Administración no correrán la misma suerte.
El Gobierno de Trump afronta desde el 22 de diciembre el cierre del 25 % de la Administración, situación que afecta a unos 800 mil empleados que han dejado de percibir su salario y ha trastocado el funcionamiento de distintos espacios turísticos o las actividades de agencias a las que no se les han asignado nuevos recursos.