Las autoridades en la ciudad mexicana de Tijuana comenzaron a reubicar a los migrantes centroamericanos que llegaron en caravana, trasladándolos de un refugio atiborrado que está cerca de la frontera con Estados Unidos hacia un salón de eventos alejado del cruce fronterizo.
El jueves por la noche y el viernes por la mañana, unos 755 migrantes abordaron autobuses en el complejo deportivo habilitado como refugio temporal rumbo a su nuevo albergue, a unos 15 kilómetros de la garita fronteriza más cercana.
Alejandro Magallanes, asistente del director del departamento municipal de servicios sociales, dijo que las autoridades esperaban transportar a la mayor cantidad de migrantes posibles el viernes. La preocupación por las condiciones insalubres en el complejo deportivo, donde los migrantes dormían en pequeñas tiendas de campaña en medio del lodo, había ido aumentando con los días.
El nuevo local es conocido como El Barretal y ha sido usado para conciertos y otros eventos. Magallanes dijo que no se obligaría a reubicar a nadie, pero funcionarios municipales dijeron que dejarán de ofrecer comida y servicios médicos en el complejo deportivo Benito Juárez. Los migrantes que quieran podrán quedarse donde están -muchos migrantes que piensan cruzar a Estados Unidos no se quieren alejar de la frontera-, pero ellos tendrán que conseguir su propia comida, dijo Magallanes.
Los expertos han dicho estar preocupados por las condiciones insalubres en el complejo deportivo donde había más de seis mil migrantes, el doble de su capacidad. Había basura y los casos de personas con piojos e infecciones respiratorias habían estado aumentando con los días.
Magallanes dijo que muchos migrantes se apretujaron en el gimnasio del complejo al aire libre cuando comenzó a llover el jueves por la noche. El complejo estaba lleno de lodo por la tormenta. Este viernes, la lluvia fue intermitente.
Algunos migrantes hallaron trabajo cerca del complejo y no habían decidido si se mudarían a un lugar desconocido, aunque ofrezca un techo para dormir.
Las autoridades y los residentes de Tijuana temen que los migrantes traten de cruzar de nuevo la frontera en un grupo grande y a la fuerza. La primera vez que lo hicieron, el fin de semana pasado, Estados Unidos ordenó el cierre temporal del cruce fronterizo más cercano, que los residentes de Tijuana usan para ir a trabajar y hacer compras al lado estadounidense.
El jueves por la noche, varios migrantes treparon o se arremolinaron en la barrera fronteriza y fueron detenidos por agentes estadounidenses. Seis hombres y una mujer que brincaron o se escabulleron entre el cerco fronterizo fueron detenidos rápidamente por agentes de inmigración.
Un hondureño trató de nadar hasta el lado estadounidense pero la fuerte marea del Pacífico lo sorprendió tan pronto como entró al mar. Un equipo mexicano de socorristas lo rescató y lo llevó a una ambulancia.