¿Qué pasó con los militares de EU enviados a la frontera con México?

El contingente de efectivos militares de Estados Unidos desplegados en la frontera sur para reforzar la seguridad ante las caravanas de migrantes que recorren México suma aproximadamente cinco mil 900.

El Comando Norte del ejército estadounidense (Northcom) indicó esta semana que los elementos están distribuidos de la siguiente manera: dos mil 800 en Texas, más de mil 500 en Arizona y mil 500 in California.

Pero el total podría llegar a nueve mil, entre soldados activos y reservistas de la Guardia Nacional.

Cifras cambiantes

El presidente Donald Trump anunció a fines de octubre el envío de miles de soldados a la frontera con México para resguardar la frontera frente a lo que llamó una “invasión” de migrantes.

Estados Unidos ya tenía desplegados en la frontera a unos dos mil 100 reservistas de la Guardia Nacional, enviados en abril pasado ante el avance de otra caravana migrante.

Trump llegó a indicar que la cifra final de militares desplegados alcanzaría los 15 mil, lo mismo que todo el contingente estadounidense en Afganistán.

Sin embargo, el subsecretario de Defensa de Estados Unidos, Patrick Shanahan, dijo ayer que aparentemente no sería necesario enviar más efectivos.

“Estamos prácticamente completos en cuanto a la cantidad de gente que está allá”, dijo a la prensa en el Pentágono. Agregó que el plazo para poner fin a la misión es el 15 de diciembre, pero “eso siempre se puede enmendar”.

¿Qué hacen?

El objetivo de los militares es prestar ayuda logística a los agentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) que vigilan la frontera.

El Pentágono ha asegurado que solo los miembros de la Policía Militar portarían armas durante las patrullas y que los militares no recibirían una paga de combate, ya que no se preveía que se vieran expuestos a fuego enemigo.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, afirmó el miércoles en una visita a McAllen, que la mayor parte de los militares desplazados a la región pertenecen a cuerpos de ingenieros que, bajo ninguna circunstancia, se implicarán en tareas de detención de migrantes.

“No preveo que el personal militar entre en contacto directo con los migrantes”, dijo.

Los soldados han reforzado los pasos fronterizos y las zonas circundantes, incluyendo la construcción de barreras temporales y la colocación de rollos de alambre de púas.

El Pentágono también envió miembros de la policía militar y tres compañías de helicópteros equipados con sensores de alta tecnología y capacidades de visión nocturna.

El Pentágono viene divulgando desde hace días imágenes de sus soldados levantando campamentos, que sirven para dar cobijo a los militares y a los miembros de las fuerzas de seguridad, además del despliegue de alambradas a lo largo de la frontera.

U.S. Northern Command is supporting @DHSgov & @CBP at the Southern Border with approximately 5,900 troops: 2,800 in Texas, more than 1,500 in Arizona & 1,500 in California. #BorderSecurity pic.twitter.com/vfeIpoy2Su

— NORAD & USNORTHCOM (@Norad_Northcom) 16 de noviembre de 2018

Es por ese motivo, explicó Mattis, que el Pentágono decidió dejar de referirse a la misión como “Operación Patriota Fiel”.

“No quiero utilizar un término militar oscuro para referirme a esta misión si lo que estamos haciendo es colocar alambre”, dijo.

Críticas a operativo

El Pentágono no reveló el costo de esta operación, que podría ascender a más de 200 millones de dólares, según medios estadounidenses.

Los críticos del gobierno ven esta misión, que concluirá el 15 de diciembre, como un desperdicio de dinero innecesario.

Además, la movilización se realizó en plena campaña para las elecciones de medio mandato del pasado 6 de noviembre, algo que la oposición demócrata tildó de “jugarreta política” para captar votos en la base conservadora.

El senador republicano Jeff Flake dijo a MSNBC el miércoles que el despliegue de tropas fue meramente político.

“Es lamentable que tengamos soldados allí”, dijo, deplorando que las tropas tengan que pasar la tradicional celebración de Acción de Gracias, el 22 de noviembre, lejos de su familia y “sin que sepamos muy bien por qué”.

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