Por César del Pardo Escalante
Semanario Balún Canán.- Cuando los manejadores de redes sociales de AMLO diseñaron la estrategia mediática que ante cualquier crítica te calificaran de Prianista o ahora ya electo ante cualquier crítica te quieran callar con el cliché “todavía no llega y ya lo están criticando”; podría parecer insignificante, pero no; esta estrategia lleva una dosis de absolutismo, que por lo menos, es de preocupar.
El prólogo de lo que será su nuevo gobierno no solo lo registró en la campaña electoral (aun antes) sino con más claridad ahora que fue electo; la reunión con Meade, con Slim y la postulación de Bartlett, la designación del coordinador de senadores y lo más relevante; la creación de Coordinadores de estados cuyo propósito es crear mandos paralelos a gobiernos electos y de paso “mandar delegados a casa por casa” lo cual implica, además, fragmentar las organizaciones naturales de los pueblos.
Así ha creado dualidades de operación; por ejemplo, cuando fue candidato del PRD en el 2006 a la estructura electoral de los partidos les creo Las redes ciudadanas, en Morena tiene siempre dos interlocutores en cada estado con el mismo peso a cada uno, siempre manteniéndolos enfrentados.
No sale sobrado que su estilo “democrático” hasta hoy ha sido un verdadero fracaso cuando se trata de gobernar; así paso con Cuen en Oaxaca, con Graco en Morelos, con Núñez en Tabasco, y con Mancera en la CDMX, entre otros.
En ese contexto y sin salir de sintonía, El Foro de pacificación en Ciudad Juárez dejo varias lecciones; no se puede gobernar con monólogos y con un solo criterio; así lo dejaron entrever las víctimas del conflicto. Y el próximo secretario de seguridad pública, Alfonso Durazo sigue a igual que su superior, usando gestos y acciones fieles a un tratado de campaña electoral, pero sin ningún sustento real con relación al conflicto.
Y a propósito ¿Hay determinación de las partes para buscar fórmulas de acuerdo? Si esto fuera así (aunque no se ve esa disposición por las dos partes fundamentales como lo es las fuerzas irregulares y militares) cuyas víctimas no pertenecen a un grupo de poder político-militar sino que es parte de la sociedad civil la cual es por naturaleza indefensa, nos llevaría a replantear la pregunta ¿De qué paz o amnistía se habla?
En Colombia se avanzó en un acuerdo de paz (que todavía está en veremos) pero por partes involucradas al conflicto, donde la violencia y la resistencia y respuesta era (es) una realidad, que incluía una fuerza beligerante, como lo es la gloriosa y legendaria FARC- EP, pero aquí estamos hablando de un solo lado, ¿En serio se puede hablar de una justicia transicional y no repetición cuando las victimas que sin capacidad de respuesta exigen Ni perdón ni olvido?
Para el imperio de la justicia transicional no hay condiciones en el país ni mucho menos una justicia restaurativa; difícilmente las partes estarán dispuestas aportar verdad y la dignidad como elemento básico de una justicia transicional; las deudas pendientes que deben resolverse antes de.
Esa escalera de arriba hacia abajo pretende barrer literalmente toda armonía cotidiana de los pueblos; difícilmente las comunidades, los barrios populares, los campos agrícolas, podría aceptar a delegados mandados de “arriba” para “bajar” los recursos, eso no ayuda; el espíritu humano ese que se resiste a perder las largas platicas de nuestros ancestros, ese mismo que sabe que el tiempo es venerado como producto de la gran lucha.
El grito de las mujeres de Juárez, tampoco olvida los Gasolinazos, las viviendas abandonadas, los maestros agraviados, los proyectos aeroportuarios y trenes que atenta contra el medio ambiente y los dueños originales de la tierra, la abrogación de la ley de seguridad nacional, los despidos de trabajadores que con un pretexto u otro pretenden adelgazar al estado, la defensa de la soberanía, cuyo símbolo son los campos minero energéticos y los litorales.
Y a toda expectativa creada cuya fuente esta en sentimiento más puro y abnegado del soberano, no podría aceptar un ilusionismo con fines para un Vals bailado a distancia y separado. Cualquier contratiempo a la expectativa creada nos exigirá recordar que la desaparición de la Liga de los Justos, impulsado por los dos jóvenes radicales que decidieron interpretar y trasformar y darle paso sin ambigüedades a la Liga de los comunistas, llamándoles a las cosas por su nombre.
No honrar la palabra empeñada, y llevarnos a rumbos equivocados, AMLO puede estar seguro que muchos volverán a Marx. Ahora el acorde son las mujeres de Juárez cuya consigna abarca todo sentimiento nacional; ni perdón ni olvido.
César del Pardo Escalante