Al menos 23 personas murieron y más de 50 resultaron heridas durante dos ataques en Afganistán, uno de ellos en la sede provincial del Ministerio de Refugiados en la ciudad de Jalalabad, en el este del país, durante una reunión entre funcionarios y organizaciones humanitarias.
En Jalalabad, en la provincia de Nangarhar, un atacante suicida hizo explotar un vehículo cargado de explosivos para abrir paso a dos de sus compañeros que se habían atrincherado en el edificio hasta que fueron abatidos casi seis horas después, informó el vocero del gobernador provincial, Attaullah Khogyanai.
La agresión, en la cual 15 personas murieron y otras 15 fueron heridas, tuvo lugar cuando se celebraba una reunión en el Ministerio de Refugiados entre funcionarios del gobierno y organizaciones colaboradoras, que fueron evacuadas por las fuerzas de seguridad, reportó la agencia Pajhwok Afghan News.
De acuerdo con Khogyanai, las fuerzas de seguridad revisaron el edificio, en una operación en la que desactivaron varios explosivos e incautaron municiones.
Poco antes, otros ocho civiles perdieron la vida y unos 40 resultaron lesionados al explotar una mina al paso del vehículo en el que viajaban en el distrito de Bala-Baluk, en la occidental provincia de Farah, según fuentes policiales.
Los heridos, entre los que se encuentran niños y mujeres, fueron traslados a varios hospitales cercanos, indicó el portavoz del gobernador de Farah, Nasir Mehri, quien atribuyó el ataque a los talibanes que suelen colocar artefactos explosivos para frenar el avance de las fuerzas afganas.
Sin embargo, el vocero de los talibanes, Zabihullah Mujahid, negó que la formación rebelde esté detrás de ambas agresiones.
Un total de mil 692 civiles murieron durante los primeros seis meses de este año en este país asiático, en su mayoría a causa de artefactos explosivos, de acuerdo con cifras publicadas por la Misión de las Naciones Unidas para Afganistán (Unama).