TIJUANA, B. C., (SBC).- Sí alguna duda existía del genoma priísta arcaico y autoritario con el cual fue parido políticamente Andrés Manuel López Obrador, con el dictado de la agenda legislativa a quienes impulsó a las dos cámaras del Congreso de la Unión, y la designación de los treinta y dos vicepresidentes en cada una de las entidades federativas y la Ciudad de México, quedó disipada.
El famoso “Peje”, como se le conoce comúnmente, con éstas dos acciones llevadas a cabo en días recientes, mostró y demostró su ADN del más rancio priísmo que ha padecido éste país, con la creación de dos estructuras verticales, los coordinadores de desarrollo estatal y la futura Secretaria de Seguridad Pública, diseñadas al estilo dinosaurio para que le garanticen el control absoluto, sin contrapesos y sin cortapisas.
De acuerdo a lo que hasta el momento ha trascendido con respecto a las figuras de lo que serán los coordinadores de desarrollo en cada uno de los estados y la Ciudad de México, estos responderán exclusivamente a la voz y mando del “Peje”, y es a través de quienes el titular del ejecutivo federal canalizara los dineros para la ejecución de programas y obras a ejecutarse en cada uno de los municipios de los estados, formando con ello, una figura de vicepresidente que ira socavando por mutuo proprio, o por encargo exprofeso, a los mandatarios estatales.
Si éstas vicepresidencias diseñadas por el “Peje” se avizoran nocivas, peor resultó a quien se las entregó, ya que en muchos de los estados se las concedió a enemigos políticos de gobernadores, un claro ejemplo de lo anterior es Delfina Gómez, quien el año pasado perdió la gubernatura ante el actual gobernador, Alfredo del Mazo, asignación en que se vislumbran serias confrontaciones entre Delfina y del Mazo.
Además, las nominaciones de los futuros operadores político administrativos, hacen recordar irremediablemente a Rene Bejarano Martínez, para la mayoría mejor conocido como “El señor de las ligas”, aquel que un tres de marzo en un programa de televisión fue expuesto a la censura pública, cuando se presentó un video en el que se le mostraba recibiendo del empresario argentino Carlos Ahumada, fajos de billetes (dólares), quedándose y guardando las ligas con las cuales venían sujetos los fajos de billetes.
Grabación en la que por cierto, Ahumada pregunta a Bejarano si el “Peje” estaba del conocimiento de sus arreglos y del dinero que les entregaba, a lo que Rene Bejarano dio respuesta tajante y positiva.
Bejarano Martínez era en ese momento asambleísta y el secretario particular y operador político del Jefe de Gobierno del D.F., Andrés Manuel López Obrador, de quien recibió todo el poder, protección y la responsabilidad de llevar a buen puerto todas las negociaciones nada transparentes y soterradas del “Peje”, misión que cumplía a cabalidad sin sobresaltos para ninguno de los dos, hasta que el diputado Federico Döring se les interpuso en el camino y rompió ese maridaje tan lucrativo y sustancial.
Y, como se establece en la única ley que acepta y aplica el “Peje”, la de Hilados y Tejidos, la cual en su único artículo señala que “la hebra siempre revienta por lo más delgado”, y efectivamente así sucedió y Rene Bejarano Martínez, fue el que pagó con ocho meses de prisión y mala fama pública su pecado. Escena por cierto que se repitió con Eva Cadena, aquella candidata de Morena al congreso de Veracruz, que recibió 50 millones de pesos para el “Peje”, pero que al ser evidenciada al igual que Bejarano en video, el de Macuspana le aplicó la ley de Hilados y Tejidos.
El hoy presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, se ha manifestado por el respeto a la autonomía de estados y municipios, y ha justificado su ocurrencia de los coordinadores de desarrollo en estados y Ciudad de México, como una forma de evitar la grave corrupción que hoy se registra en las delegaciones federales en los procesos de asignación de obras y procesos de licitación en colusión con los gobiernos de los estados y municipales.
Ante el rumbo y futuro gubernamental que ha trazado y definido el “Peje”, y con base en su ejercicio gubernamental como jefe de gobierno del antiguo D.F., no es difícil imaginar que sus vicepresidentes ya estén formando e integrando sus equipos extraoficiales, los que se encargarán de realizar las labores de cabildeo entre los gobiernos del estado y municipales e iniciativa privada, a efecto de evitar que los famosos “moches” se tránsfuguen.
Al tiempo.
Y mientras tanto….
En verdad se creen que ellos consiguieron esa votación y no el Peje.