La primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, desveló hoy en la Casa Blanca sus tres iniciativas para mejorar la vida de los niños, centradas en la promoción de una vida sana, la lucha contra el acoso en las redes sociales y el combate al abuso de opioides.
La campaña, con el nombre “Be Best” (Sé mejor), sirve a Melania para reclamar el papel que tradicionalmente han ocupado las primeras damas mediante la promoción de un cambio social específico, alejado de las disputas partidistas y que permite a las inquilinas de la Casa Blanca dejar su sello en la historia del país.
“Como madre y primera dama, me preocupa que en el mundo acelerado e interconectado en el que vivimos, los niños puedan estar menos preparados para expresar o controlar sus emociones, y a menudo, recurran a comportamientos destructivos o adictivos, como la intimidación, la adicción e incluso el suicidio”, destacó.
“Creo firmemente -continuó- que como adultos, podemos y debemos educar mejor a nuestros hijos sobre la importancia de una vida sana y equilibrada”, añadió Melania en la rosaleda de la Casa Blanca.
Entre los presentes en la audiencia había responsables de varios gigantes tecnológicos como Google, Microsoft, Facebook, Twitter, Amazon y Snap, así como grupos de la sociedad civil que piden una mayor seguridad para los niños en Internet, como el Instituto de Familias por la Seguridad en la Red.
“Es nuestra responsabilidad como adultos educar y ayudar a nuestros niños para que, cuando usen sus voces, ya sea verbalmente o en la red, elijan sus palabras sabiamente y hablen con respeto y compasión”, resaltó Melania.
La primera dama ha recibido críticas por su intención, que ya anunció durante la campaña electoral, de dedicarse a combatir el acoso en las redes sociales, puesto que su marido no muestra ningún reparo a la hora de emitir cruentas burlas o arremeter contra sus enemigos en Twitter.
Las principales redes sociales tienen políticas estrictas que prohíben el acoso, pero en general dependen de que los propios usuarios denuncien los abusos para después decidir si censuran o expulsan a quien los haya perpetrado.
Hasta ahora, Melania Trump ha sido menos activa como primera dama que sus predecesoras, Michelle Obama y Laura Bush, quienes impulsaron varias causas como la lucha contra la obesidad infantil o la promoción de la lectura, respectivamente.
No obstante, en los últimos meses se ha involucrado más en las políticas de su esposo y ha desarrollado un interés especial por la crisis de adicción a los opiáceos que mata cada día a 175 estadounidenses, y en particular por su impacto en los niños y los bebés de madres adictas.