Crecieron en México 54% emisiones de gases de efecto invernadero en 1990-2015

TIJUANA BC (SBC).- El carbón negro es un contaminante climático de vida corta, pero con efectos negativos en la salud, de allí la urgencia de reducirlo, más cuando sabemos que 30 millones de mexicanos respiran mala calidad del aire y que las emisiones de gases efecto invernadero en México aumentaron 54 por ciento entre 1990 y 2015.

Así lo remarcó el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), recordando que las partículas de carbón negro se producen por la combustión incompleta de los combustibles fósiles, el uso residencial de la leña, incendios forestales, así como por quemas agrícolas y de residuos.

Destacó que según estimaciones dadas a conocer en 2017 por el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), en este 2018 la contaminación atmosférica ocasionará en el país 37 mil 488 muertes prematuras, 103 mil hospitalizaciones y cerca de 6 millones de consultas médicas, además de pérdidas económicas por 20 mil millones de pesos.

El ingeniero bioquímico explicó que el carbón negro es un contaminante que ha cobrado relevancia por su fuerte impacto en el cambio climático, en la capa superior de la atmósfera, con 3 mil 200 veces más de efecto invernadero que el dióxido de carbono (CO2), y por sus fuertes impactos en la salud humana y en la de los ecosistemas.

Informó que recién el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) dio a conocer los resultados del Inventario Nacional de Emisiones de Gases y Compuestos de Efecto Invernadero, en los que se afirma que México emitió 683 millones de toneladas de bióxido de carbono equivalente (MtCO2e) de gases efecto invernadero (GEI) en el 2015.

Zavala Álvarez precisó que el documento señala también que en 1990 las emisiones de GEI en México fueron de 445 MtCO2e, lo que significa que entre 1990 y 2015 las emisiones aumentaron un 54 por ciento, con una tasa de crecimiento anual del 1.7%, sin embargo, se aclara que esta tasa disminuyó a 0.8 por ciento del 2010 al 2015.

Respecto al carbón negro, el estudio estimó que en el 2015 se generaron 112 mil 240 toneladas, produciendo efectos negativos en la salud pública, por lo que José Carmelo Zavala opinó que debe ampliarse la red de estaciones de monitoreo de calidad de aire, acompañando esto de una seria y permanente campaña de educación ambiental.

“El hollín es el alias del carbón negro y se origina por quemas agrícolas en el valle de Mexicali, quema de basura en Tijuana, por las ladrilleras en Tecate y Rosarito, y en todas las ciudades por los camiones a diésel, taquerías, pollerías, chimeneas y el uso de leña; es de vida de corta, pues dura semanas, mientras el dióxido de carbono dura años”, comentó.

Añadió que no todas las estaciones de calidad de aire tienen instrumentos para medir los niveles de carbón negro, pero suelen registrarlo en las partículas menores a 2.5 micras (PM 2.5) que, por su tamaño, no pueden ser retenidas por la mucosa y vellos nasales, así que llegan hasta los alveolos pulmonares, causando serias enfermedades respiratorias.

“México se comprometió internacionalmente a reducir 51 por ciento las emisiones de carbón negro para el 2050, tomando como base la generación del 2000, pero ello requerirá cambios: producción de ladrillo artesanal con tecnología limpia, mejora de combustibles, convertir transporte público a gas natural y eléctrico, y la regulación de taquerías”, afirmó.

En Tecate, agregó, se intentó mejorar con hornos ecológicos para ladrilleras, pero tuvieron poco o nulo resultado porque la tecnología no se adoptó, los ladrilleros arman y desarmaran los hornos para la cocida de los ladrillos, pero los hornos propuestos no funcionan así, por lo que la carga y descarga de los ladrillos se volvía más complicado.

Zavala Álvarez opinó que esto sigue siendo una tarea pendiente que debe retomarse y perfeccionar, puesto que los vecinos de las ladrilleras de Rosarito tienen años quejándose del aire que respiran, pues la termoeléctrica mejoró al pasar de combustóleo al gas natural, pero ahora quien prende por las noches son los hornos ladrilleros.

“En el estado hay proyectos en marcha para abastecer gas natural vehicular, pero faltan estímulos desde el gobierno para acelerar el proceso, pues manejar carro es un privilegio, no un derecho; el más avanzado es Ensenada, que propone renovar concesiones de transporte solo para combustible limpio como gas natural; otras ciudades tienen proyectos y políticas hacia el trasporte sustentable y limpio, destaca el caso Querétaro”, dijo.

Entre las tareas pendientes, finalizó, las estaciones de calidad de aire deben modernizarse para medir también el carbón negro; el papel de los verificentros debe de ser más protagónico, aportando recursos etiquetados de los ingresos que pagan todos los usuarios de carros, en compensación para quienes no contaminan de esta manera.

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