Probablemente sea inútil insistir en los aspectos negativos de la ‘campaña’ y la personalidad del dueño del partido monárquico llamado, Morena. Aunque no por ello se debe uno callar. Pero, insisto, para fines prácticos o para pretender cambiar la intención de muchos enfadados que han decidido votar por él, es hablarle al viento.
Lo digo porque, ya sea que por la ir con la moda o por canalizar de una forma muy irracional el enojo, hoy, todos se han montado en la ola del que, ya sabemos, es un personaje patético.
No importa que critiquemos con sólidos argumentos la forma en que López Obrador pretende gobernar el país; no importa que, a todas luces, el señor se burle frivolizando temas bastante serios y delicados. No importa que dentro de su propio partido empiece a haber descontentos serios por la forma en que su mesías reparte lugares que algunos que han picado piedra y tienen mucho tiempo cumpliendo sus caprichos podrían merecer más que los advenedizos del momento.
Lo que está pasando en este momento es que se da, ahora sí, el apoyo de gente de poder que se sintió agraviada por el gobierno de Peña Nieto y, como venganza y sin importar las fatales consecuencias para México y hasta para sus ambiciones (porque de que deben esperar la traición del tabasqueño, la deben esperar), lo están enfilando a la presidencia y con ellos, una bola de dizque resentidos, que más bien se comportan como el típico alumno de secundaria inadaptado pero sólo que ahora un arma muy poderosa: las redes sociales.
No sé qué deba pasar para que se le ponga en su verdadera dimensión a un hombre que un día dice una cosa y otro día otra de acuerdo con su conveniencia y con el propósito de engañar a más mexicanos, pero de lo que sí estoy seguro es que la verdadera rebelión antisistema y el derrocamiento definitivo de la política y el sistema de partidos como los conocemos vendrá a la mitad (en caso de que gane) del sexenio del de Macuspana. Porque el desencanto de todos los que hoy lo adoran ciegamente, la traición hacia quienes hoy lo apoyan con el sueño de un hueso o un jugoso negocio y la confirmación de muchos de que, en efecto, es un peligro para México, se traducirá en una rabia incontrolable.
Espero que el perfil autocrático y dictatorial de ese personaje, no derive en el derramamiento de sangre de tantos inocentes.
Twitter: @adejorge