Por: Marisa Babiano
* Soluciones ultraeficaces “marca EsPPaña”
* La violencia de género y el plan para eliminarla
La violencia de género es el pacto machista que caracteriza el estado de la cuestión monstruosa, violadora y asesina de mujeres a manos de hombres, es un asunto distinto a la consideración de la violencia de género, como una cuestión de Estado para erradicar la violencia contra las mujeres.
Parece que cada día se cuida más el pacto sociocultural monstruoso, para que el estado de la cuestión machista campe a sus anchas. ¿Qué pintaba este ser apodado “el chicle” en la calle sin cumplir la condena que le habían impuesto por otros delitos? ¡Cuánta bondad…!
Hay que aprender a pedir condenas adecuadas fuera de los prejuicios de las miradas machistas: ¿Qué son dos años y seis meses por asuntillos sin importancia de un depredador sexual psicópata asesino, comparado con que para una mujer, Juana Rivas víctima de violencia de género, que por querer proteger a sus hijos previniéndolos de las consecuencias de la violencia macho-paternal, la fiscalía pida para ella 5 años de prisión además de la inhabilitación para ejercer la patria potestad por un plazo de 6 años?
El pacto sociocultural avanza para que el estado de la cuestión machista huevolucione rápidamente, y el Gobierno de EsPPaña experto en “soluciones divinas” y low cost, trabaja sin descanso con M. Rajoy a la cabeza para erradicar esa violencia de género tan incómoda de ver; ya que es una violencia como otra cualquiera y se arregla con la mujer en su sitio, que es donde tiene que estar según el pacto sociocultural ese… y además así no hay que invertir nada en ello, o lo menos posible, de tal manera que gestionar este asunto resulte de lo más barato ¿verdad?
En fin, pasado un tiempo no se sorprendan de que llamen hombres al 016 para pedir asesoramiento para controlar mejor a “sus mujeres” y mantener la familia unida como sea…quizá al otro lado de la línea haya un monseñor bendiciéndoles… ¡huevolucionamos a toda máquina!
Mucus esputa:
El poder que es inútil para la horizontalidad, es más de que tienes que hacer lo que yo quiera cuando y como yo quiera. Le encanta alternar a su antojo entre el podría y no quiero y ahora que puedo no quiero. Y así es como demuestra “el señorío” día a día, que es inservible para la empatía y el aprecio, a excepción del que muestra por don dinero.
Hoy, el estado del pacto socio-cultural machista es que sigue en el candelero monstruoso con su violencia de género, porque los poderes verticales lo subvencionan e invierten en ello, sean conscientes o no.
