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La percepción de que algo anda mal en su estrategia de #ComunicaciónPolítica debe tomarse en serio | José Antonio Sosa Plata
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Las primeras advertencias de especialistas, analistas y líderes de opinión aparecieron desde finales de diciembre en algunos medios tradicionales. Luego, los señalamientos se expendieron a las #RedesSociales. Y hace algunos días, Andrés Manuel López Obrador ofreció dar “unos consejos” al equipo de José Antonio Meade para que “levante su campaña”.
Más allá de la ironía expresada por #AMLO, el problema es real.
La campaña del precandidato de la coalición #PRI, #PVEM y #PANAL no logró posicionarse en el nivel que necesitaba durante la primera quincena de enero. Si se considera el rezago que tiene Meade con relación al puntero, el tiempo es un recurso que no debería ser desaprovechado.
Los retos de Meade para ganar son inobjetables
1. Subir su nivel de reconocimiento por encima del 90% de la ciudadanía.
2. Posicionar su imagen como el precandidato “más preparado, el que tiene las mejores ideas y las mejores propuestas” a más tardar antes de finalizar la primera quincena de febrero, para competir con los atributos positivos que López Obrador se ha ganado durante los últimos 10 años.
3. Reducir en forma significativa los conceptos negativos que le generan el Presidente de la República, el gobierno federal y el #PRI.
4. Atender el frente con Ricardo Anaya —además de no descuidar la batalla con Margarita Zavala y Jaime Rodríguez— pues para competir frente a frente con el puntero, primero hay que llegar al segundo lugar en las preferencias.
5. Lograr una votación efectiva superior al 40% para obtener un triunfo legítimo, creíble e inobjetable.
El trabajo realizado para afianzar la imagen de Meade en la ciudadanía—y entrar con fuerza en la competencia por el primer lugar de las encuestas— requiere varios ajustes de fondo.
La situación aún no es crítica, pero se tiene que corregir:
· Aumentando su capacidad para imponer agenda y crear noticias de alto impacto.
· Ajustando la producción y contenidos de los spots publicitarios.
· Redefiniendo las narrativas y líneas de mensaje.
Además, es preciso cuidar el manejo de los recursos porque no es del todo cierto que quien gasta más, tiene mayores posibilidades de ganar.
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Lo más valioso en una campaña es el trabajo de inteligencia y saber operar la campaña negativa o de contraste. La guerra sucia, las campañas negras, las ofensas y los ataques burdos tal vez generen beneficios fugaces, pero a nadie le funcionan.
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Es cierto que a menos de un mes de que termine el periodo de precampañas es poco lo que se puede corregir. Sin embargo, el tiempo todavía es suficiente para lograr que el país y los candidatos que queden registrados en las boletas electorales puedan ofrecernos una contienda de altura: civilizada, atractiva, interesante y útil para la sociedad.
Evitar los errores ayuda, pero no es suficiente
La experiencia ha demostrado que las tendencias se pueden mover de manera significativa en semanas, incluso en unos cuantos días, si suceden acontecimientos extraordinarios como un terremoto, un atentado, una denuncia de corrupción devastadora, o, por el contrario, si se logran dar “golpes de imagen” positivos y propositivos en el nuevo ecosistema de comunicación que definan un cambio de rumbo para el país.
La clave está en obtener la confianza de la mayoría ciudadana
Ante la incertidumbre, la #Estrategia es el arma más efectiva. Más aún porque hoy nadie puede declararse ganador y, sobre todo, porque si se mantienen las inercias políticas y tendencias actuales en la intención de voto, Andrés Manuel López Obrador será el próximo presidente de México.
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